Wednesday, September 29, 2004

Málaga
Bueno, para empezar no es Málaga Málaga, sino Mijas costa, que viene a ser una urbanización al salir de Fuengirola. Cuando llegué el lunes a Madrid después de no sé cuantas horas de vuelo (y que vuelo por Dios, tenía delante un árabe gordísimo y harto desconsiderado; se echaba para atrás tanto que casi me daba con el respaldo en la nariz. En un momento dado empecé a echar de menos las Santas Cruzadas... y luego pensé en Bush, y lo poco útiles que resultan las Cruzadas hoy día, y mi paciencia aumentó un poquito. Eso sí, después de propinarle un par de buenos empujones al respaldo así como quien no quiere la cosa y poner cara de angelito cuando el tipejo miraba para atrás con cara de energúmeno) me fui para casita rápidamente para cambiar algo de ropa de la maleta y asearme un poco; en poquito tiempo, mi hermosa dama Tindriel me recogía y emprendimos viaje al mar.
El viaje no se me hizo muy largo, pero claro, caí inconsciente un rato (aunque teniendo en cuenta el jet lag y que no había dormido en un porrón de horas, no fue demasiado largo). Al llegar a Mijas mi primer temor se disipó rápidamente; hacía un tiempo de puta madre. Así que deshicimos un poco las maletas e hicimos nuestra primera visita piscinera.
La casa de mi madre allí está en una urbanización que ha crecido de manera casi obscena desde que la compramos. La urbanización sufrió una agresiva política de compra por parte de un club de esos de multipropiedad (al que nosotros resistimos heroicamente cual pueblecito galo) . ¿Resultado? La zona está abarrotada de guiris, y la urbanización, que antes era bastante desoladora ahora tiene un par de cosillas, mercado, restaurante y tal. La casa está cerca del mar, sobre una colina, aunque hay que andar un poquito. Pero por las mañanas, cuando sale el sol, la luz inunda el mar y el reflejo hace que sea imposible distinguir el mar del cielo, y es un espectáculo muy bonito, digno de verse.
Hicimos compra (que resultó ser muchísima más comida de la que en realidad necesitamos), y poco más. El martes nos levantamos tarde, desayunamos irlandés en la terraza, y luego perreamos en la piscina hasta la tarde. Decidimos que tanto perrear era bueno, pero que nos apetecía un poco de cine (bueno, especialmente a mí) así que fuimos a ver “The Bourne supremacy”, que no está mal, aunque me gustó más la primera (ya sé que es un remake, antes de que nadie haga puntualizaciones :p).
Cuando llegamos a casa, desagradable sorpresa: el coche de Tindriel está cascado y tendremos que llamar al servicio técnico... pero eso será mañana.
El miércoles amanecemos más o menos como el martes. Pero con diferencia: vino el tipo del RACE y nos informó que había que llevar el coche al taller. Mierda. Bueno, fuimos a Fuengirola, donde el tipo de la grúa tuvo un comportamiento extremadamente curioso que puso de los nervios a Tindriel; a pesar de haber sido ella la que había manejado todo el cotarro, que yo no le había dirigido la palabra más que para ser cortés y de que yo tengo más o menos la misma habilidad llevando un coche que haciendo cirujía neural... pues nada, se empeñó en decirme a mí, e ignorar olímpicamente a Tindriel, que hacer con el coche, para gran regocijo de mi dama. Y luego se piró, dejandonos allí tirados.
En fin, que el tipo del taller nos dijo que la junta de la culata (de la culata, no de la trócola... si quereis oir esa batallita, le preguntais a Tindri, que seguro que está encantada de narrarla) estaba salida, así que el coche iba a estar allí un día por lo menos y que iban a ser 600 eurazos del ala. Bueno, pues nada, sin coche. Para alabar a Tindriel hay que decir que la vena gordota de la frente no se le reventó y que en poco tiempo volvió a encajar bromas con toda naturalidad (voy a ser flagelado por esto, pero hay cosas que un hombre debe decir) El caso es que decidimos ir a casa en el coche de San Fernando, dado que no está excesivamente lejos, y el paseo por la playa es agradable. Aunque antes hicimos parada y fonda en el centro comercial y acabamos viendo Garfield en el cine.
Al llegar a casa un poco más de vida dura: piscina primero y luego cocinar un buen curry para la cena, que disfrutamos en la terraza con una agradable brisa marina mientras veíamos (por enésima vez) "Harry Potter and the Chamber of Secrets". El jueves fue más de lo mismo, es decir, piscinita, relax, hasta que fuimos, ya por la tarde, a por el coche al taller (que conseguimos que nos dieran gracias a una generosa dosis de encanto derrochado por telefono y de bastante morro) y Málaga a recoger a nuestros insignes huespedes. Llegamos allí pronto, o bueno, es mejor decir que el bus de Imperator y Rapuncell llegaba con retraso, así que decidimos explorar la zona en busca de un bar o similar donde aposentarnos hasta que llegaran.
Encontramos algo mucho más entretenido: una tienda de rol/comics. Y allí, sola y triste, una espada corta preciosa (dice el certificado de autenticidad que es una daga, pero una leche, es suficientemente larga y pesada para ser una espada corta). Conseguí arrastrarme fuera de la tienda sin hacer gasto, pero comido por el brillo del acero... y nada, Tindriel, que es así de maja, se fue de nuevo a la tienda cuando esperabamos de nuevo a Rapun e Impe y me la regaló. ¿No es un encanto?
El resto del fin de semana se puede resumir con un par de frases: Que dura es la vida, que mal se vive de vacaciones, la convivencia con buenos amigos es un asco.
El viernes: desayuno irlandés gargantuesco para empezar. Fuimos luego a un parque acuatico que hay en Fuengirola, lo justo para no agotarnos y lo suficiente para pasarlo de puta madre, sobre todo con los donuts dobles (Impe lo cuenta mucho mejor y con más gracia). Después, a la playa a pasear, luego a cenar a casa, y luego a la playa de nuevo a tomar algo y charlar bajo la luz de la luna (estuvo mucho mejor cuando estabamos a oscuras que cuando dieron las luces de la carretera). El día siguiente lo pasamos entre la playa (Rapun y yo nadamos hasta una boya amarilla, de esas que ponen diox sabe para qué alejadas de la costa en el mar. Parece una chorrada, pero estaba donde Cristo perdió las chanclas) y la piscina. Hicimos una gonita sobremesa con profundas disquisiciones después sobre unos cafés. Y luego a cenar una pizza descomunal, y de vuelta al apartamento a hacer la digestión como las boas, mientras jugabamos unas partidas de Chez Geek.
Y poco más; el domingo recogimos la casa, desayunamos curry (el curry es bueno para el karma, para el espíritu, para limpiarte por dentro... viva el curry) y viaje de vuelta a casa, que se me hizo bastante corto. Ah, hicimos una para tras Despeñaperros donde Impe nos iluminó sobre la razón por la que los bares de carreteras de ese estilo son tan prohibitivos y roñosos. Tiene toda la razón del mundo. A la expresión "Echarse al monte" también podría añadirsele una coletilla "Montar un garito de carretera".
Fin de la plastoserie. Puede verse que soy un aficionado en esto de contar viajecitos, pero con suerte la próxima la haré sobre mi viaje al Caribe (sí, ese que estoy planeando) y ya tendré más maña.
 
(8) mucha gente dice cosas!

Tuesday, September 28, 2004

He vuelto.

Ayer volví, triste de mí, y hoy se han acabado las vacaciones, que si alguien quiere preguntar, han sido cortas. Siempre son cortas, las malditas. Y también muy buenas, para que lo vamos a negar.
Chicago
La semana en los USA fue genial. En la ciudad de Chicago estuve solamente tres días; medio día al llegar, el miércoles y el sábado enteros y la mañana del domingo. El resto lo pasé en la ciudad de Urbana Champaign, donde viven mis anfitriones, Javier y Neus.
Cuando llegué allí me estaban esperando Neus y una amiga, para llevarme a Urbana. Antes hicimos una escala en Chinatown para comer y al final nos tiramos toda la tarde visitando el pintoresco barrio. Y luego viajecito hasta casa. Esa noche nada de nada, que bastante tute tenía en el cuerpo.
El martes visité la ciudad y el campus a patita. Muy gonito todo, con ardillitas por todas partes. Comí con Javi y alquilamos "Shaolin Soccer", para verla después de una agradabilísima sobremesa tirados en el cesped del campus. Esa noche, además, Javi me invitó a su club de esgrima, donde estuvimos practicando un poco con espada para luego hacer un poco de Lancet, una disciplina nueva, muy entretenida. No me desenvolví nada mal, teniendo en cuenta que no entreno.
El miercoles estuvimos en Chicago; es una ciudad grandiosa. Dejando a parte la Torre Sears, (a la que subimos) que creo que es el tercer edificio más alto del mundo, toda la arquitectura en el downtown es francamente abrumadora. Hicimos bastante el turista, mirando escaparates, empapuzandonos de la ciudad, que es muy bonita. Y a la vuelta nos perdimos un poco, acabando en una zona de lo menos recomendable. De hecho, era tan poco recomendable que un coche de policía se paró junto a nosotros mientras repostabamos en una gasolinera. Se bajó una negra de tamaño familiar y con un acento increiblemente cerrado nos preguntó que hacíamos allí. Que nos iban a robar el coche. Hizo además un par de preguntas muy reveladoras, sobre si eramos latinos, al oirnos el acento. No señora, no, europeos, europeos. Hay que andar con un cuidadito...
El jueves asaltamos una tienda china donde nos aprovisionamos para la cena y el "brunch" del viernes, curry para cenar, sushi y dim sun para desayunar. Estuvimos charlando amigablemente mientras cocinamos y en la sobremesa, que duró hasta altas horas de la mañana.
El viernes, desayuno espectacular (tengo fotos para el que tenga curiosidad) y luego pasear para bajarlo. Estuvimos en una casa japonesa que tienen cerca del campus, muy chula. Por la noche fuimos Javi y yo a ver una de zombies al cine, y aprovechamos para tener esas memorables conversaciones que tanto se echan de menos al estar en lados opuestos del charquito. Acabamos viendo un DVD chorra y filosofando hasta las mil.
El sábado, más o menos lo mismo del miércoles, visita por Chicago. Hicimos un recorrido por el río y parte del lago Michigan (que es como todo por allí, o sea, a lo bestia. La segunda reserva de agua dulce del mundo, detrás de los glaciares, creo), estuvimos de paseo por la Magnificent Mile, un calle de compras de alto copete (teníais que ver la tienda de Apple... una pena que algunos no estuvierais allí, lo hubierais disfrutado... jijijiji), subimos a tomar algo a la Torre Hancock, la segunda más alta de Chicago, por la noche, para ver la ciudad iluminada. Muy chulo. Como fin de fiesta, fuimos a escuchar blues en directo a un club típico.
El domingo fue más que nada dar vueltas hasta la hora de embarcar. Luego comer, y despedidas. Volveré por allí Javi, volveré.
 
(3) mucha gente dice cosas!

Saturday, September 11, 2004

Toca post largo

Sí, por que tengo muchas cosas que contar, unas buenas, la mayoría, otras no tanto, y las había ido dejando estar, y ya iba tocando.
Bueno, primero cosas del trabajo. Me han renovado en la agencia por un año, y me han subido el sueldo, aún no se cuanto, pero teniendo en cuenta lo que cobro ahora, la subida no va a ser para tirar cohetes. Pero es algo. Y del trabajo, hasta ahí lo bueno. Por que el jueves, como gota que colma el vaso, descubrí como se habían estado repartiendo los incentivos que recibimos de las mayoristas por vender viajes. ¿Os acordais del post anterior sobre la ira? Bueno, pues tuve que hacer esfuerzos más que heroicos y titánicos para no explotar como un vulgar globo sobrehinchado. Por que dichos incentivos se reparten entre tres, y yo llevo cobrando todos los meses de verano menos de la mitad de incentivos que mi jefe y mi compañera. Los incentivos los reparte la directora de oficina según su criterio, pero suelen repartirse equitativamente dado que aquí todos curramos por igual. Cuando además se da el caso de que NO todos curramos por igual (por que mi compañera colombiana es una grandísima..... mejor no sigo) que los incentivos se reapartan como se ha hecho... es una enormísima tocadura de pelotas. Por que estamos hablando, en el mes de agosto, que no ha sido el más fuerte, de una diferencia de 200 euros entre lo que voy a cobrar yo y lo que van a cobrar ellas, nada menos. Los incentivos van desde mayo, haced unas matemáticas elementales.
El caso es que esto me impulsó a tomar una decisión que llevaba rumiando bastante tiempo, que es pedir al director de zona (es decir, el jefe de mi jefe) que me cambiara de oficina. Bueno, ayer fui a hablar con él, y no sé como pasó, pero hay que saber reconocerlo cuando pasa. Me torearon como a un mihura bien bragado. Por que no solo no me van a cambiar de oficina, con lo que tendré que seguir aguantando una serie de tocaduras de moral bastante enervantes, sino que además hicimos un repasao de mis defectos francamente revelador. Aunque también se puede decir que viendo como estaba el patio, salí lo mejor parado posible; aquí el que no se consuela es por que no quiere. ¿Cómo va a afectar esto a mi trabajo? Mucho, y mal. Por que sintiendolo mucho, no soy todo lo buen profesional que me gustaría ser, y soy demasiado temperamental con demasiadas cosas. Y tener que aguantar otro año las tocaduras de pelotas de una colombiana huevona, secundada por una jefe que no es capaz de imponer criterio y que además cuando llega la hora de repartir beneficios le premia el comportamiento negativo, me va a pasar factura. Pero la vida es así. Si alguien sabe de otro trabajo para el que yo pueda valer, se aceptan todo tipo de sugerencias.
Bueno, ahora a cosas más placenteras. Hoy (estoy escribiendo desde el trabajo por que sí, me ha tocado trabajar hoy víspera de mis vacaciones, debido a otra aplicación creativa de las potestades de la director de oficina; no me tocaba hoy, pero me ha cambiado el fin de semana sin preguntar por que ella tenía una boda) es mi último día de trabajo antes de unas merecidísimas vacaciones. Hacía mucho, mucho tiempo que no podía decir eso. El caso es que por delante tengo dos semanas para relajarme y cargar de nuevo la batería. La primera semana la voy a pasar en Chicago, Illinois, USA. Bueno, para ser más exactos, la mayor parte de la semana la pasaré en Urbana-Champagne (o algo así) visitando por fin aunos de mis mejores y más antiguos amigos, Javier, y a su encantadores esposa Neus. Conozco a Javier hace ya más de veinte años, que se dice pronto. Se fue a hacer las Américas, o bueno, a sacarse el doctorado en lo suyo, y le veo en contadísimas ocasiones, las que se puede permitir dejarse caer por la madre patria. Y desde los hace ya dos años que se fue, llevo prometiendole/me que iría a verle, pero unas veces por el dinero, otras por el tiempo, no se ha podido dar. Bueno, se acabó, allá voy Chicago, que ganas tengo de volver a hablar la lengua de la perfida Albión (o bueno, lo que chapurren por allá). Me llevaré la cámara digital, aunque no tengo conversor para la red eléctrica de allí y no sé si voy a tener tiempo de hacerme con uno.
Y después, sin practicamente parar para tomar aire, me voy a Málaga a ver si hay suerte, brilla el sol y me tuesto un poco y cojo algo de color, que desde que volví de Irlanda, estoy paliducho y descolorío. Iré en la compañía insigne de la dama Tindriel, y si hay suerte, de Rapun e Impe. O bueno, si hay mala suerte; si no vienen es por que Impe ha conseguido curro y eso es bueno. En fin, que como ya he repetido hasta casi la saciedad, me hacen falta esas vacas y por fin están aquí. Me pregunto si necesitaré vacaciones para las vacaciones.
 
(3) mucha gente dice cosas!

Thursday, September 09, 2004

Yo no he tenido que mentir. Me viene bien, reírme un poco. Hoy estoy febril, cansado y con dolores por todas partes. Creo que he cogido frío.
Westley/The Dread Pirate Roberts
Which Princess Bride Character are You?


(3) mucha gente dice cosas!

Wednesday, September 08, 2004

La Ira

Desde que tengo uso de razón me ha pasado. Tengo más mala leche que un dragón con dolor de colmillos. Se debe a varias cosas; una combinación genética explosiva (tendríais que ver el carácter de mis padres y abuelos), poca paciencia y probablemente un exceso de calcio cuando era niño (me bebí una de esas botellas de medicina blancuzca para reforzar los huesos; sí, era un inconsciente, no ha habido grandes cambios desde entonces)
Me caliento en seguida y lo que me dura, que rara vez es mucho, es mejor dejarme estar. Estar a varios kilometros de distancia, a poder ser. En frío me doy cuenta de que es un defecto, y a veces uno francamente malo (otras, cuando hay jaleo por ejemplo, no está mal), pero eso es en frío. En caliente, mi caracter es como la mierda. Mejor no removerla, porque huele.
Esto es para explicar mi entrada anterior. Como ya dije, la mesura es algo que me escasea mientras me dura el cabreo. Tiene algo de bueno, eso sí; no creo que nadie pueda decir que soy rencoroso, por que muy, muy gorda tienes que hacerla para que pasado el tiempo de enfriamiento pertinente me acuerde de que me la hiciste.
 
(2) mucha gente dice cosas!

Tuesday, September 07, 2004

La culpa desde luego, es mía por gilipollas. Claro. Por que esperar que alguien se acuerde de marcar nueve números, una hora y media después de que se lo pidieran, siendo tal tarea como todos podemos entender, propia de titanes y no de hombres, es descabellado.
Lo peor del asunto no es que un plan pensado hace semanas y al que se espera con ganas se vaya a la mierda. No es que la sorpresa, piedra de toque del plan se vaya a tomar por el puto culo. O las pocas ganas que tengo ahora de nada. No. Lo peor es que el jodido cabreo que tengo me impide mirar las cosas con la mesura que debiera. Pero que se le va a hacer, un temperamento espectacular, chicos, va en los genes.
Así que nada. La culpa, como ya he dicho es mía. Quien me mandaría a mí. Debí haberlo hecho como deben hacerse las cosas cuando quieres que salgan bien. Tú mismo y confiando lo menos posible en la ayuda externa. Sobre todo cuando esta te puede dejar en bragas de manera espectacular. 

(6) mucha gente dice cosas!

Friday, September 03, 2004

Días buenos, días malos.

Unos vienen de la mano de los otros, parece. Ayer me dieron una gran noticia; mis compañeros de piso más duraderos en Dublín, Fred y Lucy, van a ser padres. Lo que es más, van a venir pronto a España. Eso me alegró la tarde de ayer hasta límites insospechados.
Hoy en cambio he tenido una mierda de día, propiciado por mi madre. No tengo ganas de entrar en lamentables detalles, gracias, pero la verdad es que estoy cansadísimo.
Hoy he vuelto a comprobar que ciertas "decisiones" que tomé sin pensar me pasarán factura, y será dura, y no se si voy a poder pagar.
Por lo menos, también he comprobado que ciertas "inversiones" realizadas valen su peso en diamantes. No estoy seguro de merecer del todo esos dividendos, pero no me voy a quejar en absoluto, lo más mínimo. Gracias. Tú ya sabes quien eres.
 
(1) alguien dice algo