Tuesday, September 07, 2004

La culpa desde luego, es mía por gilipollas. Claro. Por que esperar que alguien se acuerde de marcar nueve números, una hora y media después de que se lo pidieran, siendo tal tarea como todos podemos entender, propia de titanes y no de hombres, es descabellado.
Lo peor del asunto no es que un plan pensado hace semanas y al que se espera con ganas se vaya a la mierda. No es que la sorpresa, piedra de toque del plan se vaya a tomar por el puto culo. O las pocas ganas que tengo ahora de nada. No. Lo peor es que el jodido cabreo que tengo me impide mirar las cosas con la mesura que debiera. Pero que se le va a hacer, un temperamento espectacular, chicos, va en los genes.
Así que nada. La culpa, como ya he dicho es mía. Quien me mandaría a mí. Debí haberlo hecho como deben hacerse las cosas cuando quieres que salgan bien. Tú mismo y confiando lo menos posible en la ayuda externa. Sobre todo cuando esta te puede dejar en bragas de manera espectacular. 

(6) mucha gente dice cosas!