Wednesday, August 11, 2004

Mezquindad gratuita

Lo que voy a contar es una gilipollez, lo sé, pero es una de esas cosas de las que digo a menudo que estoy cansado.
Veréis, a media mañana nos tomamos en la oficina un cuarto de hora o veinte minutos para tomar café o desayunar. Hace ya algún tiempo, un día decidí que en vez de desayunar, esa mañana me iba a cortar el pelo; con mi horario de trabajo, a veces me resulta difícil encontrar peluquerías abiertas en mi tiempo libre. Así que lo hice. Ningún problema. Pasado un mes, que es mas o menos el tiempo en que mi pelo decide que necesita ser podado de nuevo, repetí la operación. Pero esta vez si que hubo problema; mi jefa me llamo la atención, por que no le parecía correcto que en tiempo de trabajo me fuera a raparme las lanas. Hablándolo con ella, surgió que mi otra compañera de trabajo (no voy a empezar con ella por que me enciendo y sale lo peor que hay en mi, así que lo voy a dejar estar, aunque fiaros de mí, es una @€~&!!) también había metido baza. Y esto me parece una estupidez innecesaria y gratuita. A mi pregunta de cual era el problema, dado que de todas formas iba a estar fuera de la oficina 20 minutos, con que en vez de emplearlos devorando tostadas con tomate y aceite, estuviera haciendo otra cosa. Su respuesta fue "¿Qué te parecería que yo me hiciera las uñas en horas de trabajo?" ¡Y a mí que cojones me importa, oiga! ¡Vas a estar fuera de la oficina, así que por mí como si te quieres follar al revisor de parquímetros de la zona!
En fin. El caso es que llevo ya un par de semanas intentando reducir la longitud de mis greñas, que empiezo a estar francamente impresentable, (sí, lo sé, la barba ayuda, pero es que es taaan cómodo por las mañanas...) sin éxito. Y parece que va para largo.
P.D: Si, al principio del post habéis leído bien, cuando decía que mi pelo decidía cuando necesita una poda. Si me habéis visto recién levantado, y me consta que algunos lo habéis hecho, constatareis que ciertamente mi pelo tiene personalidad propia. La suficiente para hacerme ver, cada vez que me miro en un espejo con estos pelos, que hay gente a la que el pelo largo le queda bien y yo no soy uno de ellos.
 
(3) mucha gente dice cosas!