Tuesday, July 27, 2004

La alegria de los ogros

Es un excelente libro de Danniel Pennac, que cayó en mis manitas gracias a la dama Tindriel, hermosa y amable donde las haya. En esta subrealista novela, el protagonista tiene un empleo muy peculiar: es Cabeza de Turco profesional. Está en unos grandes almacenes para que le abronquen lel jefe delante de los clientes. No me extenderé mucho sobre el libro, por aquello de que deberiais leerlo y no permitirme que os lo destripe. Pero con esa premisa  se me ha ocurrido que ese puesto, en apariencia tan chorra, podría ser de enorme utilidad a la sociedad actual: pensaba en ello cuando he oido a mi jefa hablar por teléfono, explicandole a una mayorista que lo que los clientes querían era encontrarse a alguien de la empresa responsable de que se hubieran quedado en tierra para poder chillarle a gusto y desahogarse. Aunque el pobre desgraciado, por supuesto a) ni tenía la culpa de que se quedaran en tierra, b) ni sabría probablemente de donde venía esa horda de enfurecidos energumenos ni c) podría hacer nada al respecto.
Pero pensadlo detenidamente; ¿y si ese pringado fuera un profesional, alguien que va preparado realmente para que le chillen, le escarnien, se acuerden de sus antepasados hasta la cuarta generación... y en realidad no fuera tan pringado? La gente se desahogaría como diox manda y el interlocutor (no le llamemos Cabeza de Turco, al profesional cualificado de "recepción de culpas") no se iría a casa echo una caca...
En fin, que a veces se me ocurren las chorradas más peregrinas. XDDD

(3) mucha gente dice cosas!