Monday, April 30, 2007

Lila


Hoy no es un buen día. Hoy una de las gatitas de Tindriel se ha muerto. Lila.
Es curioso el cariño que le puedes coger a una criaturita en tan poco tiempo.
Recuerdo perfectamente la mañana en la que la recogimos. Tindriel me había pedido, de antemano, que le impidiera llevarselos a todos, que seríalo que querría hacer cuando viera la camada de gatitos. Íbamos a por una gata, para que la convivencia con Ulises fuera así más fácil. Nada más llegar, Tindriel se enamoró de Lila, porque era torpona, y porque se había subido a su bolso y no quería irse. Yo la ví muy frágil. Tanto que le dije que se llevara a Korma, porque temía que estuviera enfermita. A veces tener razón es una gran mierda.
Era una bolita de pelo torpona y cariñosa. Yo también te voy a echar de menos Lila. Joder, me he puesto a llorar.

Thursday, April 26, 2007

Enfermo


Así es como me encuentro yo. Hecho una mierda, a la víspera de irme a bucear. El colofón perfecto para la semana perfecta.

Sunday, April 15, 2007

Más madera



Para el cumpleaños de Tindriel me propuse tallar algo en madera. Mi primera idea, una taza, no cuajó por no encontrar la madera adecuada (gracias a todos los que me echaron una mano con eso, que sé que el trabajo ha sido ímprobo)
Al final,tras mucho darle vueltas, decidí tallar otra cosa. Aprovechando la reciente afición por el buceo, y el cariño que le ha cogido Tindri a un logo de una marca de cosas de bueceo, el logo del pececito, como ella lo llama, decidí tallar eso. Un pez.

La idea primera, que era hacer un sujetalibros, queda relegada porque Tindriel ha decidido que le gusta como adorno simplemente, y ahora cuelga de una pared de su casa.

Usando un listón de abeto, muchísimo más largo de lo necesario, me puse a ello con ayuda de Rapunzell y la paciencia de Imperator, que el jaleo que montamos en su salón fue curioso. La sierra de vaivén de Rapun hizo mucho más fácil mi vida.
Después fue un trabajo de Dremmel y lija. El acabado es algo más tosco de lo que me hubiera gustado, pero tiene encanto.
Y por último, anelina para teñir la madera, y pintura (que no salió todo lo bien que querría, pero da el pego) para los toques finales.

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The lost room


Beor nos pasó esta serie hace un siglo, pero hasta este fin de semana no nos habíamos puesto a ello. Craso error, la minierie es una maravilla, que además se ve en un suspiro y te deja con ganas de más. Eso, claro, y que el protagonista femenino principal es Julianna Margulies. Enough said


¿Alguien sabe, por cierto, si esta pequeña joya tendrá continuación o algo?


Thursday, April 12, 2007

Imbéciles

¿No os habeis encontrado nunca con esa clase de imbécil al que nada más verle piensas, mierda, por qué no se comprará este una hectárea de desierto, se va a barrerlo y me deja en paz?
¿Y no os ha pasado nunca que eso os pase cuando os mirais al espejo?

A mí, sí.

*Edit*

Lo anterior es un sentimiento puntual. No es que generalmente piense que soy un imbécil, sino que, a veces, después de un rato malo, me doy cuenta de que si alguien se hubiera portado conmigo como yo lo hice, pensaría que es un gilipollas. Es importante no tener doble rasero con eso. Si él lo hace y es gilipollas, si tú lo haces, también. Eso no te deja la condición permanentemente e indeleble; es solo que, durante ese rato, te has portado como un gilipollas. Trabajas en ello, y en paz.
Tranquilos, seguiré siendo my sparkling usual self en breve.

Wednesday, April 11, 2007

Cazando lagartijas

Tindriel ha puesto una entrada en su blog acerca de la belleza. A propósito de eso, aunque ya tenía pensada esta entrada de antes, va esto.
Cuando era pequeñajo, me encantaba cazar lagartijas. No porque me gustara putearlas, sino porque me parecían preciosas. Me gustaba que corrieran por mis dedos, ver la hermosura de la velocidad de sus movimientos, los colores de sus escamitas al sol... las ponía en botes, terrarios improvisados, para no perderlas, y les llevaba hormigas para que comieran. Recuerdo que en un campamento tenía un bote con un montonazo de ellas, las pobres.
Con el tiempo empecé a dejarlas libres nada más cogerlas. No quería hacerles daño, y empezaba a entender que apresarlas, aunque fuera brevemente, no debía ser muy bueno para ellas. Y claro, con el tiempo, dejé de cazarlas.
Me sigue emocionando verlas correr en verano, o cuando luce en sol en primavera, como ayer. Aunque no son exactamente lagartijas, también me gustan las salamanquesas, en casa de mis abuelos las hay a montones en verano, y por la noche salen a cazar por las paredes y los techos, y me pasa igual con ellas.
Algunas veces se me olvida, y entonces cojo alguna, para sentirla en mis manos por un rato. Luego me siento un poco culpable, y cuando la dejo ir espero no haberla estresado mucho.

Supongo que la belleza es así, un poco como las lagartijas. Queremos tenerla cerca, sentirla, y si no nos damos cuenta de que tiene que estar a su aire para seguir siendo bella, podemos ahogarla.