He vuelto.
Ayer volví, triste de mí, y hoy se han acabado las vacaciones, que si alguien quiere preguntar, han sido cortas. Siempre son cortas, las malditas. Y también muy buenas, para que lo vamos a negar.
Chicago
La semana en los USA fue genial. En la ciudad de Chicago estuve solamente tres días; medio día al llegar, el miércoles y el sábado enteros y la mañana del domingo. El resto lo pasé en la ciudad de Urbana Champaign, donde viven mis anfitriones, Javier y Neus.
Cuando llegué allí me estaban esperando Neus y una amiga, para llevarme a Urbana. Antes hicimos una escala en Chinatown para comer y al final nos tiramos toda la tarde visitando el pintoresco barrio. Y luego viajecito hasta casa. Esa noche nada de nada, que bastante tute tenía en el cuerpo.
El martes visité la ciudad y el campus a patita. Muy gonito todo, con ardillitas por todas partes. Comí con Javi y alquilamos "Shaolin Soccer", para verla después de una agradabilísima sobremesa tirados en el cesped del campus. Esa noche, además, Javi me invitó a su club de esgrima, donde estuvimos practicando un poco con espada para luego hacer un poco de Lancet, una disciplina nueva, muy entretenida. No me desenvolví nada mal, teniendo en cuenta que no entreno.
El miercoles estuvimos en Chicago; es una ciudad grandiosa. Dejando a parte la Torre Sears, (a la que subimos) que creo que es el tercer edificio más alto del mundo, toda la arquitectura en el downtown es francamente abrumadora. Hicimos bastante el turista, mirando escaparates, empapuzandonos de la ciudad, que es muy bonita. Y a la vuelta nos perdimos un poco, acabando en una zona de lo menos recomendable. De hecho, era tan poco recomendable que un coche de policía se paró junto a nosotros mientras repostabamos en una gasolinera. Se bajó una negra de tamaño familiar y con un acento increiblemente cerrado nos preguntó que hacíamos allí. Que nos iban a robar el coche. Hizo además un par de preguntas muy reveladoras, sobre si eramos latinos, al oirnos el acento. No señora, no, europeos, europeos. Hay que andar con un cuidadito...
El jueves asaltamos una tienda china donde nos aprovisionamos para la cena y el "brunch" del viernes, curry para cenar, sushi y dim sun para desayunar. Estuvimos charlando amigablemente mientras cocinamos y en la sobremesa, que duró hasta altas horas de la mañana.
El viernes, desayuno espectacular (tengo fotos para el que tenga curiosidad) y luego pasear para bajarlo. Estuvimos en una casa japonesa que tienen cerca del campus, muy chula. Por la noche fuimos Javi y yo a ver una de zombies al cine, y aprovechamos para tener esas memorables conversaciones que tanto se echan de menos al estar en lados opuestos del charquito. Acabamos viendo un DVD chorra y filosofando hasta las mil.
El sábado, más o menos lo mismo del miércoles, visita por Chicago. Hicimos un recorrido por el río y parte del lago Michigan (que es como todo por allí, o sea, a lo bestia. La segunda reserva de agua dulce del mundo, detrás de los glaciares, creo), estuvimos de paseo por la Magnificent Mile, un calle de compras de alto copete (teníais que ver la tienda de Apple... una pena que algunos no estuvierais allí, lo hubierais disfrutado... jijijiji), subimos a tomar algo a la Torre Hancock, la segunda más alta de Chicago, por la noche, para ver la ciudad iluminada. Muy chulo. Como fin de fiesta, fuimos a escuchar blues en directo a un club típico.
El domingo fue más que nada dar vueltas hasta la hora de embarcar. Luego comer, y despedidas. Volveré por allí Javi, volveré.
(3) mucha gente dice cosas!
Chicago
La semana en los USA fue genial. En la ciudad de Chicago estuve solamente tres días; medio día al llegar, el miércoles y el sábado enteros y la mañana del domingo. El resto lo pasé en la ciudad de Urbana Champaign, donde viven mis anfitriones, Javier y Neus.
Cuando llegué allí me estaban esperando Neus y una amiga, para llevarme a Urbana. Antes hicimos una escala en Chinatown para comer y al final nos tiramos toda la tarde visitando el pintoresco barrio. Y luego viajecito hasta casa. Esa noche nada de nada, que bastante tute tenía en el cuerpo.
El martes visité la ciudad y el campus a patita. Muy gonito todo, con ardillitas por todas partes. Comí con Javi y alquilamos "Shaolin Soccer", para verla después de una agradabilísima sobremesa tirados en el cesped del campus. Esa noche, además, Javi me invitó a su club de esgrima, donde estuvimos practicando un poco con espada para luego hacer un poco de Lancet, una disciplina nueva, muy entretenida. No me desenvolví nada mal, teniendo en cuenta que no entreno.
El miercoles estuvimos en Chicago; es una ciudad grandiosa. Dejando a parte la Torre Sears, (a la que subimos) que creo que es el tercer edificio más alto del mundo, toda la arquitectura en el downtown es francamente abrumadora. Hicimos bastante el turista, mirando escaparates, empapuzandonos de la ciudad, que es muy bonita. Y a la vuelta nos perdimos un poco, acabando en una zona de lo menos recomendable. De hecho, era tan poco recomendable que un coche de policía se paró junto a nosotros mientras repostabamos en una gasolinera. Se bajó una negra de tamaño familiar y con un acento increiblemente cerrado nos preguntó que hacíamos allí. Que nos iban a robar el coche. Hizo además un par de preguntas muy reveladoras, sobre si eramos latinos, al oirnos el acento. No señora, no, europeos, europeos. Hay que andar con un cuidadito...
El jueves asaltamos una tienda china donde nos aprovisionamos para la cena y el "brunch" del viernes, curry para cenar, sushi y dim sun para desayunar. Estuvimos charlando amigablemente mientras cocinamos y en la sobremesa, que duró hasta altas horas de la mañana.
El viernes, desayuno espectacular (tengo fotos para el que tenga curiosidad) y luego pasear para bajarlo. Estuvimos en una casa japonesa que tienen cerca del campus, muy chula. Por la noche fuimos Javi y yo a ver una de zombies al cine, y aprovechamos para tener esas memorables conversaciones que tanto se echan de menos al estar en lados opuestos del charquito. Acabamos viendo un DVD chorra y filosofando hasta las mil.
El sábado, más o menos lo mismo del miércoles, visita por Chicago. Hicimos un recorrido por el río y parte del lago Michigan (que es como todo por allí, o sea, a lo bestia. La segunda reserva de agua dulce del mundo, detrás de los glaciares, creo), estuvimos de paseo por la Magnificent Mile, un calle de compras de alto copete (teníais que ver la tienda de Apple... una pena que algunos no estuvierais allí, lo hubierais disfrutado... jijijiji), subimos a tomar algo a la Torre Hancock, la segunda más alta de Chicago, por la noche, para ver la ciudad iluminada. Muy chulo. Como fin de fiesta, fuimos a escuchar blues en directo a un club típico.
El domingo fue más que nada dar vueltas hasta la hora de embarcar. Luego comer, y despedidas. Volveré por allí Javi, volveré.
(3) mucha gente dice cosas!
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