Tuesday, March 30, 2004

La clave Da Vinci

Acabo de terminar de leerme el libro que da título a esta entrada. Tenía curiosidad por el libro, por que lo veo en manos de algún absorto lector en el metro unas diez veces al día, y todo el mundo que lo había leído que conozco hacía alabanzas de sus bondades.
El libro no está mal. Es una novela escrita en un paso bastante rápido, que se deja leer, es interesante y sabe como mantener la intriga. Pero también es tremendamente manipulador. Así que me ha dejado un regusto agridulce, como casi siempre que veo/leo algo que todo el mundo califica de "buenísimo". El caso es que si alguien quiere hablar del libro, especialmente si es delante de una coca-cola (iba a poner cerveza, pero yo no bebo de eso. Claro que mi interlocutor podrá beberse lo que mejor le parezca, tanto si es una cerve como si es un mojito) estaré encantado.
Y ahora, a releer la "Guía del autoestopista galáctico". Esta vez en inglés. Y tiene una introducción de Neil Gaiman (sí hombre sí, el perpetrador junto a Terry Pratchett de "Good Omens", el libro más divertido que me haya leído) y otra del propio autor. Life is not bad 

(8) mucha gente dice cosas!

Monday, March 29, 2004

Lluvia en Madrid

No me gustan los días de lluvia en Madrid. Y no, aunque pudiera parecer lo contratrio, no es por la lluvia en si. No. Es por la gente. Y más concretamente, por los paraguas.
La gente, de por sí, es maleducada. Es maleducada al andar, al subir y bajar por las escaleras (mecánicas y de las otras) en fin, ya sabeis. Y por supuesto, con el paraguas, que en manos de determinados individuos/as (por alguna razón, más las segundas que los primeros, llamadme machista si quereis, pero es una comprobación de muchos años; quizá es por que ellos llevan menos paraguas) se convierte en un arma mortal, sacaojos, repartidor de capones, arañazos y otros incidentes igualmente divertidos. Odio los paraguas. Son un peligro, hacen que andar sea mucho más lento y coñazo. En Dublín, donde llueve solo un poquitín más que aquí, generalmente no tenía tantos problemas con los dichosos cacharritos. El viento se encargaba de que fueran inútiles. No sé si lo he dicho alguna vez, pero en Irlanda he visto llover de lado, y, aunque parezca imposible, hacia arriba. Y de paso, mi estancia en la Isla Esmeralda me dejó como efecto secundario el hecho de que no me importe mojarme.
Así que esta mañana, medio cojo (mala patada en el partido de ayer+vieja lesión+humedad=mala cosa. Gracias a Dios por los antiinflamatorios) he renovado ese amor por los paraguas. De hecho, casi le meto uno por la garganta a una señora. Abierto. 

Dí algo, anda (0)

Friday, March 26, 2004

42

Ayer cuando llegué a casa por la noche, estaba muy cansado. Había sido un día bastante regular, sobre todo por la tarde, por que había tenido una clienta de esas que parecen dedicadas únicamente a hacerte la vida lo más jodida que puedan. Y como a eso se unía que la noche anterior no había dormido más de cuatro horas, y que esa tarde (la del día anterior a ayer) un cliente se había dedicado a gritarme por teléfono durante más de media hora (estoy seguro de que fue por el telefono que tuvo valor para comportarse así. Y menos mal. Por que si lo hace en persona, a mí me despiden) pues no llegaba a casa con el ánimo muy alto. Vamos a obviar todo lo demás; la frustración por un trabajo lamentablemente mal pagado, el desanimo generalizado...
Bueno, pues cuando llegué a mi casa había en la cómoda de la entrada un paquete a mi nombre. Eso de por sí ya es curioso (no recuerdo la última vez que me llegó correo dirigido a mí personalemente), pero más lo era lo que ponía en flamantes letras azules en el sobre acolchado: United States Postal Service. Ya tenía una pista de quien podía ser el autor del envío (podría haber mirado el remitente, pero estaba demasiado nervioso) Cuando por fin abrí (torpemente) el paquete me saltó una nube de polvo a la cara; el relleno del sobre acolchado, que parecía hecho de una curiosa pasta de papel reciclado, se había machacado en el viaje a conciencia. Cuano por fin conseguí mirar el contenido del sobre (tras toser, lagrimear y eso) no pude evitar una carcajada que me levanto el ánimo. Alguien se había acordado de mi cumpleaños, y dado el retraso de su felicitación, decidió acompañarla de "The ultimate hitchhicker's guide to the galaxy". Los cinco libros de Douglas Adams, en inglés. Gracias, gracias. Va a estar bien volver a ir por el metro con una sonrisa de oreja a oreja, carcajeandome por lo bajo y notando la mirada del resto del mundo pensando "Ese tío debe de estar chiflado". Sí, la verdad es que lo estoy, gracias
 
(2) mucha gente dice cosas!

Tuesday, March 16, 2004

No sé que decir

Pero quiero decir algo. Por que estoy angustiado. Por que me siento tristísimo. Por que conocía a alguien que iba dentro de ese tren, alguien con quien he compartido risas, reales y virtuales. Alguien que era amable y... y que no veré nunca más. No le conocía realmente bien. Pero eso no impide que según van pasando las horas, me sienta peor. Por que no podré conocerle mejor.
Ayer mi padre me dijo que venían tiempos duros. Que había que pensar, pensar mucho, no dejarse llevar por la crispación. Lo dijo con un tono, y una cara, que me dieron ganas de llorar.
Una de mis historias favoritas es Elenium, de David Eddings. No voy a empezar a contar por qué, o de que va, por que me siento profundamente desanimado para eso. No. Pero al final de esa historia ocurre (no sigas leyendo si quieres leerla en el futuro, por que voy a destripartela sin contemplaciones) que muere un dios, y el mundo entero entra en una fase de depresión y tristeza, por que el resto de dioses están demasiado preocupados autocompadeciendose para ocuparse de los mortales. La primavera es gris y el verano sofocante, y sobre todo, el invierno es demasiado largo. Nada parece ir bien y todo el mundo está tenso.
Siento algo así. Sé que saldremos adelante, todos esos tópicos del tiempo y las heridas. Sé que tenemos valor, que ya estamos acostumbrados al terror trimestral (perdón por el plagio Rapun, pero es que es tan acertado...) y que no tenemos que ceder. Pero el valor no te quita la pena del corazón 

Dí algo, anda (0)

Thursday, March 11, 2004

Les odio. Por hacerme sentir, nada más levantarme, un miedo horrible, intenso, al enterarme de que había sido en Atocha, y no saber... Por su cobardía. Por reducirme a un ser irracional que solo querría hacerles daño. Por que cuando ha pasado la primera ira roja, y una cólera fría y acerada la ha sustituído, mis ideas generalmente abiertas siguen convertidas en odio.  

Dí algo, anda (0)

Wednesday, March 10, 2004

I'm not a happy bunny

El título tiene guasa, pero es dificil de explicar sin entrar en una larga (y supongo que para casi todo el mundo tediosa) explicación de los viejos buenos tiempos en la tienda de GW de Dublín.
El caso es que ayer fue un día de mierda. Por varias razones, todas relacionadas con el trabajo. Veamos, el lunes acabé las prácticas , y ayer tocaba una reunión donde nos explicaban como iba a funcionar los contratos. El alma se me fue a los pies; esperaba una mierda de contrato, pero llamarle mierda al contrato que nos hacen sería hacerle un tremendo favor. Me da verdadera vergüenza poner el dinero que me van a pagar, así que no lo haré; menos mal que España va bien.
Pero ahí no acaba la cosa; firmo el contrato el día 15, pero, ¿a que no adivinais desde donde estoy escribiendo? Premio, desde la oficina. Por que mi jefe me dijo que viniera a trabajar estos días; yo le pregunté, ¿tú cambiarás la fecha de firma de contrato? Por que si no, estaré cuatro días trabajando por amor al arte... y él me puso cara de alguien a quien le están hablando en enochiano. Que no, que eso no se puede hacer. O sea, que estos días que yo ya tenia ya asignados a tareas diversas (ir al dentista a sacarme una muela del juicio, pintar varias figuras para la Liga de Blood Bowl, y, en general, regodearme , rascarme la barriga y gandulear unos días antes de volver al maravilloso mundo de la agencia de viajes) me los pasaré aquí, hirviendo por dentro, por que claro, estoy trabajando sin cobrar, sin cotizar a Hacienda (que somos todos, aunque unos más que otros) y con una cara de gilipollas... de gilipollas cabreado, se entiende.
Pero... sí, acertais, no acaba ahí la cosa. Ayer, por movidas de caja, no salí de la puta oficina hasta más allá de las nueve (recordemos mi estado de animo dado que no estoy cobrando por trabajar, y sumemosle el malestar que a todo el mundo le entra cuando se le alarga la jornada laboral). Y, para más INRI, cuando llego a mi casa, a mi madre le parece lo más normal que se aprovechen de mí de semejante manera.
O sea, que estoy cabreado. Pero como todo lo pasamos, pues nada a seguir tragando con este contrato de mierda y este abuso sin control.
P.D: Bueno, no todo el día de ayer fue una mierda. Por que, cuando me iba a la cama, echando pestes del mundo en general,vi que empezaba Mallrats. Y a pesar de que acababa tardísimo me quedé a verla toda entera, que siempre me anima mucho lo chorra que es. :) 

(1) alguien dice algo

Friday, March 05, 2004

Tengo 26 años. Los cumplí el lunes, que fue un día bastante anodino. Y eso no me sienta especialmente mal, teniendo en cuenta los últimos precedentes. Ya ha pasado otro año... Nunca me gustó el número 26. Me parece feo. Claro que tampoco me gustan el 11 o el 13. No hay ninguna razón en particular. ¿Por qué digo todo esto? Pues, sinceramente, ni puñetera idea.
Estoy condenadamente harto de estar solo. No de esa soledad, sino de esa otra. Sí, la que queda más a la izquierda, entre los pulmones. Quizá deba hacer algo al respecto. Tomarme más en serio viejas cosas que corté con una espada ahora rota.
Mañana empiez Umbralis. Espero que todo vaya como la seda por la isla que no he de pisar.  

(3) mucha gente dice cosas!