Tuesday, March 16, 2004

No sé que decir

Pero quiero decir algo. Por que estoy angustiado. Por que me siento tristísimo. Por que conocía a alguien que iba dentro de ese tren, alguien con quien he compartido risas, reales y virtuales. Alguien que era amable y... y que no veré nunca más. No le conocía realmente bien. Pero eso no impide que según van pasando las horas, me sienta peor. Por que no podré conocerle mejor.
Ayer mi padre me dijo que venían tiempos duros. Que había que pensar, pensar mucho, no dejarse llevar por la crispación. Lo dijo con un tono, y una cara, que me dieron ganas de llorar.
Una de mis historias favoritas es Elenium, de David Eddings. No voy a empezar a contar por qué, o de que va, por que me siento profundamente desanimado para eso. No. Pero al final de esa historia ocurre (no sigas leyendo si quieres leerla en el futuro, por que voy a destripartela sin contemplaciones) que muere un dios, y el mundo entero entra en una fase de depresión y tristeza, por que el resto de dioses están demasiado preocupados autocompadeciendose para ocuparse de los mortales. La primavera es gris y el verano sofocante, y sobre todo, el invierno es demasiado largo. Nada parece ir bien y todo el mundo está tenso.
Siento algo así. Sé que saldremos adelante, todos esos tópicos del tiempo y las heridas. Sé que tenemos valor, que ya estamos acostumbrados al terror trimestral (perdón por el plagio Rapun, pero es que es tan acertado...) y que no tenemos que ceder. Pero el valor no te quita la pena del corazón 

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