Saturday, December 18, 2004

Anuncios contraproducentes

No sé por qué me pasa. Hay una serie de anuncios, siempre de campañas muy loables y razonables, que automaticamente sacan lo peor de mí y lo que me pide el cuerpo es hacer dirctamente lo contrario de lo que propugna el anuncio. ¿Ejemplos? Los anuncios de la DGT o los de "¿La herramienta de Pablo, o de Marta?", o los de la campaña de igualdad en el juego, para crecer en la "igualdad sexual".
Claro, hacer lo contrario de cualquiera de esas cosas es una barbaridad (menos mal que no tengo carnet de conducir, por que si no me emborracharía y saldría a atropellar gente por encima del limite de velocidad. Mierda, tampoco bebo), pero no sé, esos anuncios consiguen reacciones en mis tripas que... que bueno, mejor que no salgan de ahí. Es un poco como esa tira de Mafalda, en la que ve un cartel de "Prohibido pisar el cesped" y ella va y lo pisa y dice algo así como "malditas las ganas que tenía de pisarlo, la culpa es del cartel que me dice que no haga algo que sé que no debo hacer". O algo así.
Por otro lado, hoy se han renovado mis esperanzas abrigueras. Hace mucho tiempo vi en algún lado un abrigo que me encantó, y llevo desde entonces intentando encontrar algo parecido sin éxito. Lo que más se acercó fue uno que llevaba un tipo en Irlanda, que me dijo que se lo había comprado en Australia, con lo que me pillaba un poquitin a desmano. Recientemente, el abrigo que lleva Hellboy en la película también me hizo gracia. Pero claro, encontrar eso en esta pequeñita ciudad va a ser complicado. Hoy, con Tindriel, he visto algo que se parecía vagamente a lo que quiero. El abrigo que quiero es largo, pasadas las rodillas, y lleva esa cosa curiosa por encima de los hombros, la capelina, creo que se llama. El color varía, tendría que ver que hay, pero me adapto bastante bien. Bueno, hay esperanza.
 
(2) mucha gente dice cosas!