Tuesday, November 30, 2004

Hoy es uno de esos días. Nada más llegar a la oficina, después de encargarme los trabajos más mierdas, me llama la directora de otra oficina para preguntarme acerca de unos marrones, supuestamente míos (digo supuestamente por que como yo estaba de sustitución, es siempre muy cómodo colgarle al que no está fijo los sanbenitos, por que rara vez puedes acordarte de si es tuyo o no, así que te lo comes) que ocurrieron en AGOSTO. Pero, por el amor de Dios, ¿cómo cojones se supone que voy a cordarme de una cosa que ocurrió en una oficina que no es la mía, hace tres meses y pico?
En fin. Espero que el día se arrastre sin más hasta las siete y media y que ir al cine en buena compañía me haga olvidarme de la maldición de Adán.
 
(1) alguien dice algo