Si te caes del caballo, vuelve a montarte en él
O de la moto. Esta mañana, a las ocho, tenía clase de maniobras de moto. Para quien no lo sepa, el examen de maniobras consta de cuatro pruebas, a saber: Slalom o zigzag a unos palos, describir un trébol alrededor de tres palos, pasar por encima de una barra metálica ligeramente alzada y una prueba de aceleración y frenada.
No parece muy complicado, ¿verdad? En realidad no lo es, no mucho, salvo por la barra. La barra es un coñazo, por que requiere más habilidad que el resto de las pruebas todas juntas.
Hoy me he caído al pasarla. Al pasarla mal, se entiende. Me he dado una buena leche, por que estaba acelerando; la moto se me ha caído encima, y pesa algo más de 125 kilos. Se me han torcido la rodilla y el tobillo, y en general, cuando estaba en el suelo, bastante dolorido, he pensado “mierda, ahí van mis próximas dos semanas de entrenamiento, y de paso, las oposiciones”.
Perooo.... me he acordado de ese dicho que he puesto en el título. He levantado la cacharra, he apretado (literalmente) los dientes y me he puesto otra vez. Y he estado una hora más, dándole vueltas al circuito. Pasando la barra más veces de las que no lo conseguía.
Y ahora, en diez minutos, me voy a entrenar. Voy a correr los dos kilómetros, a hacer dominadas y a saltar, y voy a mejorar tanto el tiempo de la carrera como las subidas que le doy a la maldita barra. Voy a aprobar esas oposiciones.
Dust yourself off and try it again
You can dust it off and try again
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