Saturday, August 27, 2005

Have you ever really loved a woman?


Cambiad las lectoras woman por man (o no, según :p) ¿Lo habeis sentido? ¿Tanto que habéis llegado a pensar que esa era la persona, que era la correcta?

Imagino que sí. Yo estuve este fin de semana pasado en la boda de la que fue mi primer gran amor, Mónica, en Barcelona.

No sé que relación mantendréis vosotros con esos posibles Grandes Amores. Fijaos que lo he escrito con mayúscula. No estoy hablando de relaciones, así, en singular. Estoy hablando de esas relaciones que ocurren un par de veces en la vida, si tenemos suerte. De las que te marcan por los años que te quedan. La mía con esta chica es muy buena, aunque se haya enfriado con el tiempo, pero aún así, tenía grandes reservas acerca de ir a esta boda, al igual que tenía grandes reservas acerca de conocer al novio. O quizá debido a eso.

Bueno, divago. La boda fue bonita, el sitio realmente precioso, la comida excelente y el ambiente, realmente digno de mención. Como me sentí yo es otro tema completamente distinto. En la boda estuve con amigas de Mónica que conocí hace años, y que hacía años que no veía (son encantadoras, así que fue muy bien) y con el único amigo común que fue a Barcelona. Todos ellos, cuando me vieron, me miraron a los ojos, y durante un rato que no podría precisar si fue largo o corto, me dijeron algo así como “esto no era como nos lo habíamos imaginado”. Incluso los padres de ella, cuando vinieron específicamente a saludarme, lo tenían en la mirada.

Y realmente eso era lo que temía, el ver como me sentía al verla casada. El fin de semana ha sido uno de eso puntos de inflexión en los que miras tu vida y te das cuenta de que bifurcaciones de qué caminos cogiste, cuales te viste obligado a coger... y te das cuenta de que esa pregunta que a veces te hacen de ¿dónde te ves dentro de diez años? no puede resultar más absurda.

Fui, tras mucho darle vueltas, y mis miedos resultaron ciertos; hubo cosas que me hicieron desear no haber ido. Pero también hubo cosas que me hacen estar agradecido por haberme decidido a ir. Y la principal es que, a pesar de que no es gracias a mí, ella es feliz. Y al final, supongo, es lo que quieres para la gente que quieres.