Thursday, November 04, 2004

Ayer mi confianza en la bondad del ser humano mejoro un poco; hace unos meses, un cliente vino a cambiar unos billetes de tren, y con lo mierda que es el sistema de billetaje de Renfe, al final se fue sin pagar la vuelta, cosa en la que no reparamos hasta algún tiempo después. Pues bien, ese error mío tiene poca solución, salvo que el cliente se avenga a pagar, cosa que sinceramente, ¿cuantos de vosotros haríais, aun a sabiendas de que es lo honrado?
Pues este cliente en cuestión, un vejete bastante cascado pero muy majo, volvió a la oficina y pagó, dejandonos bastante sorprendidos a mi jefe y a mí. A veces la gente te sorprende. Normalmente de manera desagradable. Otras, no.

(1) alguien dice algo!