Tuesday, December 27, 2005

Por la mañana

Hoy me siento poético y algo nostálgico. La culpa la ha tenido mi camino al trabajo de hoy.
Esta semana estoy en Becerril de la sierra, un pueblecito al norte de Madrid, llevando un CAPI, o centro de acceso publico a Internet. El trabajo no es muy extenuante, la verdad, lo cual lo convierte inmediatamente en mi tipo de trabajo :p
Solo tiene dos inconvenientes; aguantar a algún adolescente vacilón, y que el pueblo está a unos 45 kilómetros.
Esto me da la oportunidad de conducir, lo que todavía me gusta dado que llevo poco tiempo haciéndolo, de apreciar los distintos tipos de asfaltos (antideslizante, uno que no salpica el agua que llueve, el normal, que es un ñordo…) y hoy me ha permitido contemplar un hermoso espectáculo. Según avanzaba por la carretera, el sol me acompañaba, pero según me iba acercando a la sierra un amenazador nubarrón negro se cernía sobre el horizonte. En un momento dado, la carretera parecía ser la frontera entre dos países, uno lleno de luz y el otro oscuro y húmedo. Y de pronto, un enorme arco-iris ha delimitado la frontera entre ambos, muy cerca de donde yo estaba. Al torcer la calzada, esta ya no delimitaba la parte soleada de la lluvia, sino que enfilaba directamente a la tormenta, pero el arco-iris seguía enmarcando el cielo de colores vivos. Y cuando parecía que iba a desaparecer, le ha salido un hermano gemelo, y durante un par de kilómetros he conducido bajo el color de los dos. Luego los he dejado atrás y han sido sustituidos por el paisaje neblinoso de la llovizna.No ha sido una mala manera de empezar el día, aunque me ha dejado un sabor agridulce, esa nostalgia de la que hablo