La señorita Ana
Hoy me he encontrado en el metro a mi profesora de primero de EGB, la señorita Ana. Ha sido memorable, por que iba con otra profesora del colegio al que solía ir, el Valdeluz, y se ha dedicado a contarle batallitas sobre mí. Debí ser una pieza excepcional, por el rato que ha durado... y ni siquiera me acordaba de la mitad de ellas. Me alegro de no haber saludado y haber seguido mi camino; compartir asiento con ellas ha sido muy educativo. En parte por que ahora sé que la red de espionaje se extiende más de lo que esperaba, Ana estaba enterada de casi toda mi vida (sabía el nombre de mi última novia, me pregunto cómo demonios. Debe ser que al final, sí, era bruja después de todo). Y por otra, por que recordar tan atrás como veinte años te da una perspectiva distinta sobre muchas cosas.
También he estado en casa de Tatiana, intentando coser (Dios que inutil soy). Me han abrumado a base de amabilidad, y además me he sentido escuchado, que es una sensación que hacía tiempo que echaba de menos.
Y por fin he acabado (más o menos) la pieza de cota que voy a llevar a Efeyl. Ya es mañana. He tenido toda clase de sueños sobre este fin de semana, la mayoría wishful, de esos que despiertas y maldices cuando la cabeza se te desembota y te das cuenta de que solo ha sido un sueño. En fin, ya contaré el domingo cómo ha sido.
Dí algo, anda (0)
También he estado en casa de Tatiana, intentando coser (Dios que inutil soy). Me han abrumado a base de amabilidad, y además me he sentido escuchado, que es una sensación que hacía tiempo que echaba de menos.
Y por fin he acabado (más o menos) la pieza de cota que voy a llevar a Efeyl. Ya es mañana. He tenido toda clase de sueños sobre este fin de semana, la mayoría wishful, de esos que despiertas y maldices cuando la cabeza se te desembota y te das cuenta de que solo ha sido un sueño. En fin, ya contaré el domingo cómo ha sido.
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